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Tecomatlán: ¡la educación para todos!

 presidencia tecomatlan      20 octubre, 2020

Gregorio de Jesús Zeferino es un joven de Putla, municipio pequeño de Oaxaca con 30 mil habitantes, de los que más del 25 por ciento vive en pobreza extrema. Goyito, como todos le dicen con afecto, llegó en 2012 a Tecomatlán, en la mixteca baja de Puebla, con la ilusión de concluir su bachillerato, pues en su pueblo solo había secundaria.

Cuenta que fue en las redes sociales donde se enteró de la existencia del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario 110 “Luis Córdova Reyes”, de Tecomatlán, y que en éste se brinda apoyo “a los estudiantes pobres como yo, que hay muchos”. Fue así como a los 16 años, Goyito llegó a la “Atenas de la Mixteca’, donde su vida se transformó.

En Putla coexisten las etnias triqui, mixteca y nahua. Gregorio y su familia hablan el mixteco. En Putla aprendió el español básico, pero fue hasta que llegó a Teco donde aprendió a hablarlo bien. “No leía bien, no sabía leer bien. Los círculos de estudio de Tecomatlán me ayudaron bastante a mejorar mi lectura”.

Hoy Goyito ya está en su último semestre de la carrera de ingeniería en agronomía, que cursa en el Instituto Tecnológico de Tecomatlán (ITT) y realiza sus prácticas en el Ayuntamiento. “Después viene la tesis… mis papás se sienten orgullosos de que un hijo suyo vaya a hacer su carrera. Será un logro para ellos, porque siempre me apoyaron; pero la verdad es que sin el soporte del Movimiento Antorchista (MAN) y de Tecomatlán, no lo hubiera logrado”, comentó a buzos.

La historia de Goyito se repite en cientos de jóvenes que, año con año, llegan a Tecomatlán con la esperanza de concluir sus estudios. Proceden de todos los estados de la República; pero, sobre todo, de las regiones más humildes de Guerrero, Oaxaca, Hidalgo, Veracruz y Puebla. Llegan, como Gregorio, porque en sus lugares de origen no hay dónde continuar sus estudios porque los colegios son muy caros, y en Tecomatlán lo tienen todo.

En este pequeño municipio hay kínder, primaria, secundaria, ludoteca Centro de Bachillerato Tecnológico y Agrícola (CBTa), Escuela Normal y el ITT, donde se estudian tres carreras certificadas. En total hay 44 escuelas de todos los niveles, la trayectoria educativa completa en la cabecera y escuelas del nivel básico en las juntas auxiliares del municipio; es decir, el doble de las escuelas que otros municipios de igual o mayor población poseen.

Pero Teco no solo dispone de planteles educativos, sino que, además, apoya socioeconómicamente a los jóvenes que vienen de otros pueblos y estados a través de su sistema de casas estudiantiles. Por ello es una población mayoritariamente estudiantil. Cada año egresan, en promedio, 250 alumnos de los niveles superior y medio superior y, en 35 años, sus albergues escolares han beneficiado a alrededor de ocho mil jóvenes, que han terminado su educación gracias a estos recintos.

La Villa Estudiantil representa un proyecto del Ayuntamiento de Tecomatlán que se ha sostenido por las gestiones de los diputados federales del MAN. Su diseño arquitectónico impacta desde la entrada, porque encaja con la geografía y la vegetación de la Mixteca baja, y sus acabados emulan las plantas cactáceas de la región.

La Villa alberga hasta mil alumnos y tiene todo lo que éstos requieren para desarrollar sus estudios de manera exitosa. En el primer piso del edificio están las áreas comunes. La parte de éstas, que se hallan en la fachada, está llena de mesas y bancos de concreto y es en éstas donde los jóvenes estudian y hacen tareas en las tardes y noches.

Tiene una biblioteca con alrededor de 10 mil libros, la mayoría de consulta, y 20 computadoras portátiles para uso de los estudiantes. El comedor es casi tan grande como la biblioteca y sus mesas son enormes; el aire acondicionado está encendido en las horas de la comida; pues en Tecomatlán, la temperatura rara vez baja de los 32 grados centígrados, razón por la que muchos jóvenes prefieren comer en las bancas al aire libre.

El segundo piso es la planta de la sección femenil y el tercero el de la varonil. Los cuartos son amplios, cuentan con aire acondicionado y albergan seis literas; cada morador posee un locker donde guarda sus pertenencias. Cada planta está dividida, y dispone de tres módulos con regaderas y 20 divisiones cada uno; seis módulos de sanitario con seis baños cada uno.

Desde la terraza, los jóvenes tienen la vista panorámica de la cabecera municipal de Teco y sus edificios más altos e importantes. A un costado de la Villa hay una cancha multiusos, donde los estudiantes pueden jugar futbol, basquetbol, volibol y convivir o distraerse sanamente.

¡Comida completa a ocho pesos!

Un estudiante universitario en la Ciudad de México (CDMX) gasta entre tres mil 739 y seis mil 680 pesos, al mes, en pagos de comida, vivienda, transporte público y entretenimiento. Este presupuesto mínimo no incluye el costo de ropa, libros, fotocopias y artículos escolares, pues de hacerlo, los gastos ascenderían a ocho mil o nueve mil pesos.

En la Villa Estudiantil de Tecomatlán, un estudiante tiene todo esto por mil 300 pesos mensuales, los cuales paga en dos partes: 850 en el inicio de cada mes, cuota que va al comedor, y 450 al final de mes, que se destina para el pago de los salarios del personal y a mantenimiento.

Es decir, con esa cuota mensual, los estudiantes obtienen alojamiento digno, comida caliente tres veces diarias los siete días de la semana, todos los servicios básicos e Internet y solo gastan lo mínimo en sus necesidades personales.

Los jóvenes que se han quedado en la Villa Estudiantil durante la pandemia del Covid-19 están pagando mil 100 pesos mensuales, cuota ligeramente reducida debido a la difícil situación económica por la que ahora atraviesa la mayoría de las personas y también las instituciones.

“La Villa es un recinto estudiantil de primer mundo”, indica orgulloso René Hernández, responsable general de la Villa Estudiantil, quien sustenta su relato con estos detalles: “Los jóvenes tienen todo lo necesario por 43 pesos al día en promedio, y éste es precio simbólico. Es mentira que cobremos los miles y miles de pesos. Con el cobro mínimo que se hace los alumnos, que vienen de las zonas más marginadas, pueden mantener sus estudios.

“Si dividimos 850 pesos entre 30 días, cada platillo sale en nueve pesos con 44 centavos. Nosotros le decimos a los jóvenes que analicen, allá afuera, con nueve pesos apenas si te alcanza para un taco sencillo, pero aquí es todo un platillo: el café, pan, plato fuerte y agua. Es algo digno de analizar, ¿quién come con nueve pesos? ¡Solo en Teco!”, afirma el responsable. Y a esto deben sumarse el alojamiento, la biblioteca, las computadoras, etcétera. “¡El beneficio es real, porque todo es muy barato!”, destaca.

“La convivencia así, sana, entre todos los compañeros, es algo que prácticamente en el lugar de donde yo vengo no se ve ¡Nunca había visto algo así!”, cuenta emocionado Héctor Gaspar Pantaleón, estudiante de agronomía en el ITT y morador de la Villa Estudiantil.

Héctor viene del municipio guerrerense de Chilapa, población considerada, en otros años, como la segunda más violenta del país y recientemente famosa por un video donde se muestra que, desde muy temprana edad, los jóvenes son reclutados como autodefensas a causa del alto índice delictivo.

Por ello, a Héctor le gustan mucho la Villa y Tecomatlán, pues la seguridad pública es absoluta y se respira en cada una de sus calles, plazas y áreas rurales. Teco ni siquiera tiene cárcel, pues en los últimos 30 años no ha sido necesaria. “Es muy bonito vivir en Tecomatlán; lo que llevo acá, no he visto delincuencia o algo de eso. Éste es un lugar donde los padres de los jóvenes pueden estar tranquilos porque sus hijos están 100 por ciento seguros”, comenta.

Pero lo que más le atrae de Tecomatlán es el ambiente en el albergue estudiantil: “aquí podemos conocernos, convivir, hablar sobre los temas que competen a la juventud. Somos una villa y más que compañeros, ya nos reconocemos como familia”.

Infraestructura de calidad: clave para éxito educativo

“Para que el joven tenga una educación integral, es necesario que tenga canchas, habitaciones, infraestructura adecuada para que, efectivamente, se logre esa educación que tanto anhelamos, y para que exista esa infraestructura, obviamente se necesitan recursos, y por eso mismo es que el Movimiento Antorchista gestiona para que los jóvenes tengan todas las condiciones necesarias y sean hombres de bien”, afirma Faustino Bravo Hernández, subdirector académico del ITT.

Faustino Bravo tiene 15 años laborando en las instituciones educativas de Tecomatlán, tiempo durante el cual ha visto que “el esfuerzo del ayuntamiento antorchista por apoyar a todas las instituciones educativas, logrando que algunas, como el ITT, obtengan grandes reconocimientos.

“Desde que estoy aquí, cada año se ve el desarrollo, obras que ya quisieran tener muchos lugares del país. Esto es algo que quisiéramos que se pudiera hacer en más municipios de todos los estados del país, para desarrollar a nuestros pueblos, como la Villa Estudiantil. Antes se carecía de esta comodidad, y eso gracias a la visión de nuestros dirigentes, con una idea que empezó en el 2014 y que ahora es una realidad. Si no fuera por la gran visión de los dirigentes antorchistas, no tendríamos ni ésta ni ninguna de las grandes obras que tenemos aquí en Teco”, sostiene.

Bravo Hernández destaca que de no ser porque en Tecomatlán trabaja con Antorcha, el municipio tendría el mismo o el peor rezago educativo predominante en las demarcaciones vecinas. “Antorcha le apuesta a la educación y, en gran medida, pone todo su empeño en que los jóvenes tengan infraestructura de calidad. Y aquí estamos viendo los resultados”, comenta mientras contempla la Villa y el ITT.

“Por eso es una calumnia vil, una infamia, algo que nos llena de verdadero coraje, el que digan que las obras no se hicieron, que el recurso se lo clavaron los líderes. Si no fuera por nuestros dirigentes, ¡nada de esto tendríamos!, ¡aquí está el recurso!, ¡aquí está el dinero aplicado en el futuro de los jóvenes! Eso es lo que hace Antorcha”, concluye.

En Teco, las obras hablan por sí mismas. La infraestructura –educativa, cultural y deportiva– es una de sus mejores cartas de presentación; su nivel de calidad de vida supera, con mucho, a los municipios más grandes de la Mixteca poblana, oaxaqueña y guerrerense.

Tecomatlán es un municipio que todos los mexicanos deberían conocer.